lunes, 21 de enero de 2008

Don Juan Manuel [4.1] - IV



[Exemplo XXX - De lo que conteció al rey Abenabet de Sevilla con Ramaiquía, su mujer]

Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio, su consejero, en esta manera:
-Patronio, a mí acontece con un hombre así: que muchas veces me ruega y me pide que le ayude y le dé algo de lo mío; y comoquiera que cuando hago aquello que él me ruega, da a entender que me lo agradece, luego que otra vez me pide alguna cosa, si lo no hago así como él quiere, luego se ensaña y da a entender que non me lo agradece y que ha olvidado todo lo que hice por él. Y por el buen entendimiento que habéis, ruégovos que me consejéis en qué manera me comporte con este hombre.
-Señor conde Lucanor -dijo Patronio-, a mí parece que os contece con este hombre segun conteció al rey Abenabet de Sevilla con Ramaiquía, su mujer.
El conde preguntó cómo fuera aquello. -Señor conde -dijo Patronio-, el rey Abenabet era casado con Ramaiquía y amábala más que cosa del mundo; y ella era muy buena mujer y los moros han de ella muchos buenos ejemplos; pero había una cualidad que non era muy buena: esto era que a las veces tomaba algunos antojos a su voluntad. Y acaeció que un día, estando en Córdoba en el mes de febrero, cayó una nieve; y cuando Ramaiquía la vio, comenzó a llorar. Y preguntóle el rey por qué lloraba.
Y ella díjole que por qué nunca la dejaba estar en tierra que viese nieve. Y el rey, por le hacer placer, hizo poner almendrales por toda la sierra de Córdoba; porque pues Córdoba es tierra caliente y no nieva allí cada año, que en el febrero pareciesen los almendrales floridos, que semejan nieve, por hacerle perder el deseo de la nieve.
Otra vez, estando Ramaiquía en una habitación desde la que se veía el río, vio una mujer descalza removiendo lodo cerca el río para hacer adobes; y cuando Ramaiquía lo vio, comezó a llorar; y el rey preguntóle por qué lloraba. Y ella díjole que porque nunca podía estar a gusto, siquiera haciendo lo que fazía aquella mujer.
Entonces, por le fazer plazer, mandó el rey llenar de agua rosada aquella gran albufera de Córdoba en lugar de agua, y en lugar de tierra, hízola llenar de azúcar y de canela y de jengibre y nardo y almizcle y musgo y ámbar y algalia, y de todas buenas especias y buenos olores que podían ser; y en lugar de paja, poner cañas de azúcar. Y desque destas cosas fue llena la albufera de tal lodo cual entendéis que podría ser, dijo el rey a Ramaiquía que se descalzase y que pisase aquel lodo y que hiciese adobes de él cuantos quisiese.
Otro día, por otra cosa que se le antojó, comenzó a llorar; et el rey preguntóle por qué lo fazía.
Y ella díjole que cómo no lloraría, que nunca fiziera el rey cosa por le fazer plazer. Y el rey viendo que, pues tanto había fecho por le fazer plazer y cumplir su talante, y que ya no sabía qué pudiese fazer más, díjole una palabra que se dice en lengua árabe desta manera: «v. a. le mahar aten?», y quiere dezir: «¿Y no el día del lodo?», como diziendo que pues las otras cosas olvidaba, que no debía olvidar el lodo que fiziera por le fazer plazer.
Y vos, señor conde, si veis que por cosa que por aquel hombre hagáis, que si no le hacéis todo lo otrol que os dize, que luego olvida y desagradece todo lo que por él habéis fecho, aconséjovos que no hagáis por él tanto que se os torne en gran daño de vuestra hacienda. Y a vos, otrosí, conséjovos que, si alguno hiciese por vos alguna cosa que os cumpla y después no hiciere todo lo que vós querríais, que por eso nunca lo desconozcáis el bien que os vino de lo que por os hizo. [1]
El conde tuvo este por buen consejo y fízolo así y hallóse ende bien. Y teniendo don Juan éste por buen exemplo, fízolo escribir en este libro y fizo estos versos que dicen así:

Qui te desconoce tu bien hecho,
no dejes por él tu gran provecho.
[2]

[1] Patronio aconseja a Lucanor que no haga nada por otro que pueda perjudicarle, y que agradezca algún favor que le hagan aunque no le hagan otros.

[2] “No sacrifiques nunca tu provecho a favor de quien no te agradece lo que haces por él”.
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Actividades
a. Resume el argumento del ejemplo.
b. ¿Cómo definirías a Ramaiquía?
c. ¿Cómo reacciona siempre el rey Abenabet?
d. ¿Qué le aconseja finalmente Patronio?
e. Actividad final: ¿cuál es tu moraleja? Redacta un cuento inspirado en la estructura de los cuentos de Don Juan Manuel. Tienes que respetar el marco narrativo.

1 comentario:

Paloma dijo...

Muere don Juan Manuel en Córdoba?.

He leido en alguna biografia en Peñafiel.

palomatorrijos.blospot.Com