martes, 4 de marzo de 2008

Garcilaso de la Vega [5.1] - Égloga I




Égloga I [7]

¿Dó están agora aquellos claros ojos
que llevaban tras sí, como colgada,
mi alma, doquier que ellos se volvían?
¿Dó está la blanca mano delicada,
llena de vencimientos y despojos [8]
que de mí mis sentidos le ofrecían?
Los cabellos que vían
con gran desprecio al oro
como a menor tesoro
¿adónde están, adónde el blanco pecho?
¿Dó la columna que’l dorado techo
con proporción graciosa sostenía?
Aquesto todo agora ya s’encierra,
por desventura mía,
en la escura, desierta y dura tierra. [9]

¿Quién me dijera, Elisa, vida mía,
cuando en aqueste valle al fresco viento
andábamos cogiendo tiernas flores,
que habia de ver, con largo apartamiento,
venir el triste y solitario día
que diese amargo fin a mis amores?
El cielo en mis dolores
cargó la mano tanto que a sempiterno llanto
y a triste soledad me ha condenado;
y lo que siento más es verme atado
a la pesada vida y enojosa,
solo, desamparado,
ciego, sin lumbre en cárcel tenebrosa. [10]

Después que nos dejaste, nunca pace
en hartura el ganado ya, ni acude
el campo al labrador con mano llena;
no hay bien que’n mal no se convierta y mude.
La mala hierba al trigo ahoga, y nace
en lugar suyo la infelice avena;
la tierra, que de buena
gana nos producía
flores con que solía
quitar en solo vellas mil enojos,
produce agora en cambio estos abrojos,
ya de rigor d’espinas intratable.
Yo hago con mis ojos
crecer, lloviendo, el fruto miserable. [11]

Como al partir del sol la sombra crece,
y en cayendo su rayo, se levanta
la negra escuridad que el mundo cubre,
de do viene el temor que nos espanta
y la medrosa forma en que s’ofrece
aquella que la noche nos encubre [12]
hasta que’l sol descubre
su luz pura y hermosa:
tal es la tenebrosa
noche de tu partir en que he quedado
de sombra y de temor atormentado,
hasta que muerte el tiempo determine
que a ver el deseado
sol de tu clara vista m’encamine. [13]

Cual suele el ruiseñor con triste canto
quejarse, entre las hojas escondido,
del duro labrador que cautamente
le despojó su caro y dulce nido
de los tiernos hijuelos entretanto
que del amado ramo estaba ausente,
y aquel dolor que siente,
con diferencia tanta
por la dulce garganta
despide que a su canto el aire suena,
y la callada noche no refrena
su lamentable oficio y sus querellas,
trayendo de su pena
el cielo por testigo y las estrellas. [14]

[7] Fragmento. El pastor Nemoroso (Garcilaso), lamenta la muerte de su amada Elisa (Isabel Freire).

[8] El amante se siente vencido por el amor y la belleza de su amada.
[9] Tópico del ubi sunt?, típico de poemas fúnebres, unido a la descripción de la amada siguiendo el modelo petrarquista.
[10] Imagen platónica y petrarquista: encarcelamiento del alma.
[11] Bucolismo: la naturaleza refleja el estado de ánimo del poeta. Las lágrimas del amante hacen crecer los abrojos (mala hierba).
El campo ya no da frutos abundantes; “infelice-infecunda”.
[12] Es decir, todo lo que nos oculta la noche con su aspecto temeroso.
[13] Símil: larga comparación del sentimiento de Nemoroso-poeta mediante elementos de la naturaleza (la noche).
[14]caro-querido”; “diferencia-variación”; “querellas-lamentos”. Nuevo símil con elementos de la naturaleza (el ruiseñor, el cielo y las estrellas). Influencia de Virgilio.
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Actividades
a. ¿Cuál es el tema de este fragmento?
b. ¿Qué tópico renacentista utiliza Garcilaso en la primera estrofa? ¿En qué consiste?
c. ¿Qué partes del cuerpo de la amada describe?
d. ¿Cómo se siente el poeta tras la muerte de su amada?
e. Analiza las dos primeras estrofas y comenta el estilo: estructura, estrofa, rima…


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